Muchas son las razones para realizar una movilidad Erasmus+, donde sea y fuera de España;
más aún si el motivo está relacionado con el sector turístico.
En España, las oportunidades laborales en relación a este son prácticamente inexistentes y ahora, más que nunca,
es momento de salir, explorar y probar suerte ya que hay altas posibilidades de conseguir un contrato laboral al finalizar las prácticas.
No tuve ninguna dificultad al realizar la movilidad, al contrario, todo fueron facilidades.
En nuestro caso, el acuerdo con la empresa que aceptó las prácticas,
el Millennium Hotel Paris Opera nos daba alojamiento, manutención además de una pequeña remuneración económica.
A nivel personal supuso el enfrentarme a un nuevo reto que sabía que pondría a prueba ciertas capacidades individuales y,
reconfortarme en ámbitos de independencia y responsabilidad.
A nivel profesional, me permitió conocer otra forma de trabajar y tener otro punto de vista que a posteriori me ha permitido
comparar formas de trabajar, anticiparme a las posibles necesidades que pueden presentar las personas,
el trato que quieren recibir y generar así un valor añadido, principalmente, en la atención al cliente.
Dicho con otras palabras, cada cliente es un mundo y existe mayor diferencia según su nacionalidad.
Si conoces de primera mano su comportamiento, a grandes rasgos, sabrás sus características, forma de actuar, etc. y por tanto,
la atención que puedes dar por tu parte, será exquisita.
Sin lugar a dudas, la gestión del Hotel-Escuela por parte de la coordinadora Erasmus+ en relación con la movilidad
la calificaría como excelente.
Primero, porque encontrar los acuerdos con las empresas que consiguen es complejo y requiere de mucho trabajo por su parte y,
lo segundo, simplifican tanto las labores que requiere la movilidad que el alumno tan sólo tiene llegar al destino y disfrutar de la experiencia.
Cristina Valero realizó una mobilidad SMP en París
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